En HomeoGolvano formulamos remedios homeopáticos. Para nombrar un remedio homeopático siempre utilizamos su denominación en latín: Arnica Montana, Arsenicum Album, Belladona Atropa…

Las materias primas homeopáticas son las denominadas ‘tinturas madre’, soluciones hidroalcohólicas tanto de sustancias vegetales -la mayoría-, como animales o minerales. Estas se caracterizan por su alto grado de toxicidad.

Llamamos diluir al proceso de desconcentración de una solución con el fin de disminuir su toxicidad e invertir su poder toxicológico, siguiendo el principio “Similia similibus curantur” (lo semejante cura lo semejante), enunciado por primera vez por Hipócrates de Cos y retomado por Samuel Hahnemann a partir de 1790.   

Hahnemann denominó homeopatía al método terapéutico que estructuró a partir de dicho principio y desarrolló una base experimental y clínica como principales soportes de la actuación terapéutica, inaugurando así una tradición médica.

Entre una y otra dilución agitamos enérgicamente la solución, proceso que denominamos dinamización, dotándola de una gran energía, lo que facilita una especial configuración entre las moléculas de agua y del principio activo que en ella habíamos introducido.

El tipo de dilución lo expresamos con una serie de letras escritas en mayúsculas y las mismas nos indican la proporción en la que realizamos la desconcentración. Las más habituales son:

  • CH: centesimal hahnemaniana, una parte del principio activo y cien del disolvente.
  • DH: decimal hahnemaniana, una parte del principio activo y diez del disolvente.
  • K: Korsakoviana. También en proporción centesimal.
  • Cincuenta milimesimal, una parte del principio activo y 50.000 mil del disolvente.

El grado de dilución lo expresamos mediante un número, que nos indica la cantidad de veces que hemos repetido el proceso. Entre 4 y 7 serían bajas diluciones, entre 9 y 15, medias diluciones y por encima de esta cifra, hasta 30, 100 e incluso 200, hablaríamos de altas diluciones.